Texto para obra realizada por Roberto Jacoby y Alejandro Ros. Recorrido instalación presentada arteBA. Mayo 2012, Galería Castagnino Roldán, Buenos Aires.
El arte conceptual surge a mediados de los años sesenta en un contexto generalizado que rechaza los aspectos comerciales y mercantiles de la producción artística. Sin embargo, así como el “anti-arte” de Duchamp se convirtió un siglo después en obra de arte museística, el conceptualismo radical, aquel en el que la idea no tiene ni siquiera resolución formal, hoy se compra, consume y colecciona en un formato de documentación proyectual dentro del mercado del arte. El capitalismo salvaje devora cualquier intento de resistencia incorporándolo al sistema. En el mundo del arte la proliferación de Bienales y Ferias de Arte impide el tiempo de la reflexión necesaria para la legitimación histórica. Pretender ignorar este hecho y renunciar al sistema, termina siempre en un gesto heroico de aislamiento. Muy por el contrario, Roberto Jacoby y Alejandro Ros deciden usar todos los mecanismos del sistema de consumo y mercantilización del arte para reflexionar paradójicamente sobre la manera en que funcionan esas variables.
La experiencia comienza el año pasado dentro de la feria de arteBA 2011 cuando ambos artistas presentan una galería de arte sin permiso oficial, la “Galería dell’Pete”, realizada como acción independiente. La experiencia fue videada y registrada fotográficamente. Un año después los artistas se apropian de manera autorreferencial de su trabajo. Reformulan su contenido en “Subasta”, una instalación sonora dentro de arteBA 2012 en el stand de la Galería Castagnino Roldán. Es una variante del “conceptualismo comercial” que toma como ready–made el funcionamiento del mercado del arte, señalando irónicamente los parámetros que parecieran legitimar el arte actual.
Mientras se recorre la galería en penumbras, se escucha un remate de obras y una voz femenina que gime con orgasmos que acaban cuando suben los precios del arte. La acción contracultural del año anterior se convierte en una pieza del mainstream apenas un año después y culmina su sentido crítico con la venta de la obra.
POR LAURA BATKIS