Domingo 14 de junio de 1998.
Por primera vez en la Argentina se creó una colección permanente de fotografía en el Bellas Artes. Vieja deuda pendiente con esta expresión artística, relegada en las grandes salas del país. Ya se reunieron las cien primeras fotos de este nuevo patrimonio, con donaciones de los mismos autores: desde María Elena Walsh hasta la Barry University de Estados Unidos. La selección, a cargo de Sara Facio, abarca todo el siglo XX, desde Alfred Stieglitz, hasta Marcos López. Doble gol inicial.
La aparición oficial de la fotografía, en 1839, generó un debate en las artes visuales, que hasta entonces tenían como objetivo la representación fidedigna de la realidad.
Las academias del siglo XIX vieron tambalear su estructura ante un medio mecánico y químico que podía sustituir la función imitativa del arte.
El impresionismo, con Monet y Degas a la cabeza, salió al ruedo y en 1874 inició el camino de la pintura moderna, testimonio del espíritu de una época.
La fotografía tuvo que reivindicar sus procedimientos para expresar que se trata, simplemente, de un lenguaje diferente y tan lleno de posibilidades como cualquier otro conocido y probado.
En la Argentina, las instituciones demostraron una larga indiferencia por el valor estético de esta nueva forma de producción gráfica: casi no hay premios de fotografía y todavía son pocas las salas de exhibición específicas.
En cambio, el Museo de Arte Moderno de Nueva York fue el primero en crear su Departamento de Fotografía hace cuarenta años, y su ejemplo pesó y pesa aún en todo el mundo.
Con esta muestra, titulada Colección fotográfica del Museo Nacional de Bellas Artes, quedó inaugurado al fin un espacio íntegramente dedicado a la fotografía, en base a una notable serie de cien obras de 52 fotógrafos americanos y europeos, que así pasan a componer la colección permanente del museo.
Lo que ocurrió por iniciativa y gestión de su director, Jorge Glusberg, quien en 1995 convocó a la fotógrafa Sara Facio para realizar la curaduría y selección de esta primera y promisoria muestra.
En tres años de trabajo se logró reunir este nutrido panorama, que abarca la historia de la fotografía mundial desde las primeras imágenes porteñas de Alejandro Witcomb (1900), las Equivalencias del vanguardista neoyorkino Alfred Stieglitz (1864-1946) y los paisajes del maestro Henri Cartier-Bresson, hasta las producciones actuales del francés Bernard Faucon y del guatemalteco Luis González Palma.
La implementación de este acervo artístico se realizó a través del sistema de donaciones particulares directas, sin intermediario alguno, y el eje medular apunta sobre todo hacia los autores nacionales.
Por el momento hay fotos de 17 argentinos que ofrecen un amplio espectro del empleo de ese medio plástico en el país.
Figuran, entre otras no menos destacables, las imágenes de Grete Stern, un retrato de Yehudi Menuhin hecho por Anne Marie Heinrich, la bailarina Iris Scaccheri retratada por Sara Facio, los audaces desnudos frontales de Humberto Rivas y las escenas de cierto folklore urbano grotesco en las coloridas composiciones del joven Marcos López, con un toque de crítica ingenuidad, fútbol incluido.
En Av. del Libertador 1473, hasta fin de mes.
POR LAURA BATKIS