Con sabor latino

Suplemento dedicado a arteBA. Buenos Aires, 14 de mayo de 2011. 

Una amplia presencia de galerías del continente confirma una vez más el perfil internacional que caracteriza a arteBA; aquí, uno de los múltiples recorridos posibles por la feria. 

Después de dos feriados largos que demoraron el final del verano, una vez más arteBA marca el inicio de la temporada del arte. Y celebra esta edición número 20 con una importante presencia de galerías de América Latina. Para ampliar el conocimiento de la región en nuestro país, arteBA y el Departamento de Arte de la Universidad Torcuato Di Tella organizaron el ciclo Panorama del Arte Contemporáneo Latinoamericano (sobre el que se informa en la página 12).

Un recorrido de la feria puede comenzar por la galería Revólver (Perú). En ella, Giancarlo Scaglia exhibe esculturas hechas con bolsas negras de residuos derretidas. El joven artista reflexiona sobre el destino de la vanguardia revolucionaria en su país. La galería Arroniz (México) presenta a Agustín González y a los argentinos Mauro Giaconi y Luciana Lamothe. Brasil está bien representado con las galerías paulistas Vermelho, Baró y Oscar Cruz.

Vermelho trae obras de Nicolás Robbio y Carla Zaccagnini, que exploran las posibilidades conceptuales y formales del dibujo. Baró cuenta con artistas brasileños (Rosana Ricalde) y argentinos; entre estos últimos se destaca Roberto Jacoby, referente ineludible del arte conceptual en América Latina. Actualmente está exponiendo en el Reina Sofía de Madrid, que lo consagra internacionalmente. 

La galería Nueveochenta (Colombia) presenta la instalación Algunas cosas crecen sin esplendor, de Luis Hernández Mellizo, que plantea la articulación arquitectónica entre cultura popular y de elite. En la uruguaya Sur encontramos a maestros rioplatenses como Joaquín Torres García y Antonio Berni, con su obra Wedding Cake. Este cuadro es del último período del artista rosarino, cuando su trabajo hace un viraje hacia el pop mezclando las esferas sociales con un sentido irónico al borde del sarcasmo. 

En esta edición 2011 de arteBA, el arte argentino se puede transitar en forma cronológica. Piezas claves de Juan del Prete, en Alejandro Faggioni y Renoir. Como otros años en Rubbers, se destaca la siempre renovada obra de Luis Felipe Noé. Rómulo Macció presenta sus trabajos recientes en Isabel Anchorena, y Agalma, las pinturas de Ernesto Deira. En Castagnino Roldán está el Bañado en un mar de lágrimas, de Pablo Suárez, una escultura que no se veía desde su exposición en el Premio Fortabat de 1999. También se destaca El lobo de Marcia Schvartz, repatriada de una colección de Boston.  

Las esculturas surrealistas de Roberto Aizenberg en la galería Laura Haber tienen el tono metafísico típico de este autor. Hay trabajos de la variante abstracta y concreta como los de Manuel Álvarez (Teresa Anchorena), Carmelo Arden Quin (Van Eyck), Macaparana (Jorge Mara-La Ruche), Martha Boto y Enio Iommi (Del Infinito).

GC Arte exhibe por segunda vez obras de Sameer Makarius. Entre los artistas conceptuales están los que formaron parte del Grupo de los Trece en los años 70, como Testa (Matilde Bensignor), Romero y Zabala (Carla Rey), y los independientes David Lamelas y Margarita Paksa (Faría + Fábregas Galería). Ro le dedica todo su espacio a Marta Minujín, cuya obra pudo verse en la muestra que Malba organizó en 2010. 

La pintura expresionista de artistas de los años 80 está en varias galerías, con obras de Duilio Pierri (Masotta-Torres), Kuitca (Cosmocosa), Prior, Garófalo y Cambre (Vasari). También hay una interesante representación de los artistas de los años 90 como Harte (Fernando Pradilla), Dorr (Dabbah Torrejón), Siquier y Miguel Rotschild (Ruth Benzacar). Muchos de ellos integraron la reciente muestra Recovering Beauty, en el Museo Blanton de Austin. 

Se puede terminar con los artistas más jóvenes de la generación 2000 que exponen Jardín Oculto (Cotelito) y Alberto Sendrós con la figura clave de Matías Duville, quien sumó la Beca Guggenheim, que acaba de ganar, a su reconocimiento internacional. 

POR LAURA BATKIS