19 de abril de 1998.
Alfredo Prior (45) pertenece al grupo de artistas que la década del ‘80 poblaron la escena local, junto con Juan José Cambre, Marcia Schvartz y Guillermo Kuitca.
En la actual muestra del Museo Nacional de Bellas Artes, este pintor reúne obras de aquella época, con retratos algo perversos de ositos y juguetes, y cuadros recientes.
Como es característico en Prior, mezcla con total libertad temas históricos -la sala de Napoleón- y bíblicos, y no pocos personajes mitológicos de la tradición grecorromana, como Ulises y Polifemo.
Su interés por la música de otros tiempos queda evidenciado en sus nocturnos, pintados sobre viejos long-plays de vinilo. Esencialmente un colorista, sus cuadros remiten a la más clásica vertiente de la pintura “de caballete”, con alusiones al movimiento romántico, elementos de la pincelada impresionista (es conocida su debilidad por Monet), el barroco y el rococó.
A diferencia de sus obras anteriores ahora sus cuadros son densos, con gruesas capas de pintura, lograda por la mezcla de materiales sintéticos, pigmentos y la brillante pátina de barniz. Desde el 14 hasta fin de este mes. Realmente, vale la pena.
POR LAURA BATKIS