Abril 2007 – Nº 142.
Alejandro Vautier es el asesor técnico de gran parte de las obras de arte que hoy circulan por ferias, museos y galerías de arte. En esta entrevista nos cuenta cómo se realiza la tarea de preproducción de una muestra en la era digital.
Arte al Día: ¿Su trabajo se remite a parte de las herramientas que definen el arte contemporáneo?
Alejandro Vautier: Sí. Me ocupo de lo referente a montaje, iluminación, los artistas que trabajan en video, diapositivas, multimedia, efectos escenográficos y los artistas que tienen que construir un espacio especial para su obra. Todo lo que engloba “Nuevos soportes”, pero además, se trata también de pensar en cómo mostrarlo. Ese tipo de obra puede ser mostrada a través de un televisor, en un cañón de video proyectado en una pared, por ejemplo. Ahí es donde uno empieza a interactuar más con los artistas en lo que es el trabajo de montaje y armado del espacio para su obra.
AAD: Hoy en el arte contemporáneo se usa mucha tecnología. En este caso ¿el asesoramiento técnico es fundamental?
AV: Sí, porque muchos artistas trabajan sobre distintos soportes que van investigando pero no tienen el conocimiento que requiere llevarlo a cabo, entonces necesitan siempre una persona para que los asesore. Hay aparatos tecnológicos que el artista no tiene necesidad de conocer, en estos casos ahí empieza mi trabajo.
AAD: ¿A usted lo consultan artistas que tienen una idea pero que no la pueden materializar?
AV: Si, pasa muchas veces que tienen una idea, entonces conversamos acerca de cómo llevarla a la realidad.
AAD: En este punto su trabajo es fundamental para que la obra tenga una existencia física.
AV: Puede ser que el artista tenga una idea excepcional para lo cual todavía no se haya inventado la tecnología apropiada. Muchas veces pasa, y sobre todo hoy en la Argentina, sucede que la obra se puede realizar pero tiene un costo muy alto. A veces es más cara la ejecución.
AAD: Desde que empezó a trabajar en montaje de exposiciones ¿cambiaron mucho las necesidades, que van más allá de requerir un clavo y una pared?
AV: Sí, claro. Hay artistas que dibujan y pintan, pero en muchos casos se necesita otro tipo de técnicos para llegar a realizar la obra.
AAD: Entonces desde la producción simbólica y el pensamiento de la idea hasta su ejecución hay todo un proceso en el medio donde hay toda una intermediación.
AV: Si, es la preproducción.
AAD: ¿Cómo se hace para interpretar la obra del artista y realizarla?
AV: Cuando hablo con un artista empieza a haber un intercambio de ideas para que la obra se adapte a la tecnología con la que se dispone.
AAD: ¿Sería una intervención en la realización?
AV: No, porque la idea es del artista y la autoría también, claro. Por ejemplo, en la época de los artistas cinéticos intervenía un electromecánico colocando motores y engranajes. Hay un cambio enorme desde la llegada de la computación, el video, la era digital, la internet y la globalización de todo esto.
AAD: ¿Cuál sería una dificultad en su trabajo?
AV: Que a veces se choca o hay un enfrentamiento digamos entre la cuestión de la imaginación en el plano estético que puede tener el artista y lo que en el plano real se puede hacer.
AAD: ¿Cuál fue un desafío importante en su profesión?
AV: En Malba en 2003 cuando llegó la muestra de la Fundación Cisneros, que se llamó “Geometrías”. En ese contexto estaba la obra “Penetrable” de Jesús Rafael Soto. Se armó y quedó durante un año frente al Museo. Esa obra en particular fue un desafío, porque la habían comprado hacía 9 años, y estuvo mucho tiempo guardada en una caja y entonces se decidió armarla y hubo que inventar un sistema. Había un plano poco preciso. Y armar la obra fue rastrear que estuvieran las piezas, y las mangueras originales estaban quemadas por el sol por estar al intemperie. Entonces hubo que mandar a rehacerlas. Fueron 10.000 mangueras de 5 metros de largo colgadas. Se planteó ponerla en la explanada del Museo. No se podía perforar porque hay una loza y abajo está el garaje. Ahí se decidió hacer una plataforma que fuera el soporte de piso de la obra. Se armó un esqueleto de metal con un deck de madera que se podía transitar y se le incorporaron las luces. A tal punto fue útil ese deck que se decidió dejarlo y hoy forma parte de la obra que se coloca en la explanada del Museo. A partir de ese momento entonces se generó un nuevo espacio en el Malba. Después de armarlo en Buenos Aires me propusieron ir a hacerla en Houston, en la muestra “Utopías”.
AAD: ¿También la muestra de Warhol requirió una tecnología particular en Malba?
AV: Sí, eran videos. El curador planteaba mostrarlos en marcos. Los proyectores iban a estar dentro de la sala. Finalmente se decidió usar otro material para el marco y el curador dijo que le había gustado más el resultado final estético en Buenos Aires que la muestra original que había hecho en el MoMA de Nueva York.
AAD: ¿Usted trabaja también con algunos artistas en particular?
AV: Sí, ahora por ejemplo estoy trabajando en la producción de la obra de Fabián Marcaccio para la galería Ruth Benzacar. Mi relación con él fue a partir de la obra que hizo para la terraza del Malba (ezeisa-painting). A partir de allí empecé a realizar la producción de sus obras. Hago la preproducción, busco y junto los materiales y preparo un equipo de trabajo para cuando él venga en abril. Por supuesto que todo esto en contacto permanente con él.
AAD: Pareciera que en el arte contemporáneo se requiere un gran equipo además del artista.
AV: Sí como en los talleres del Renacimiento, que también había un equipo interdisciplinario. Artesanos, artistas, los que construían el andamio, los que preparaban la pared, los que pasaban el yeso. Cuando la obra excede el formato del cuadro de caballete, en general el artista necesita más gente que lo ayude, como los asistentes. Hoy en una obra de arte no es solamente el trabajo del artista sino que por detrás hay un equipo que apoya y entiende lo que el artista quiere hacer.
POR LAURA BATKIS