Esteban Tedesco: convivir con la belleza

Agosto de 2005 – N° 127.

Es cirujano plástico y siente que el arte no es solamente comprar una obra sino un modo de vida. Atrás de una obra hay un autor y por eso le gusta conocer a los artistas, que en muchos casos también son sus amigos. Prefiere no tomarse vacaciones para comprarse un cuadro y prescindir de un auto. Reconoce que los cambios en sus elecciones van a la par de sus cambios personales. Empezó adquiriendo naturalezas muertas de Epaminondas Chiama y paisajes de Armando Repetto, después se acercó a los años ‘80 y hoy su colección se centra en los años ‘90: Hasper, Ballesteros, Siquier, Macchi, Kacero entre muchos otros, y más recientemente la generación emergente de Tomás Espina, Matías Duville y Leopoldo Estol. En esta entrevista le comenta a Arte al Día cómo es ser profesional y coleccionista de arte.

Arte al Día: ¿Cuándo empezó a comprar obra?
Esteban Tedesco: A los 18 años. En ese entonces me gustaban los paisajes de campo. Lo primero que compré fue Armando Repetto y Raúl Russo. Mientras tanto estudiaba. Hice cirugía general en Inglaterra e Irlanda, y acá en Buenos Aires me especialicé en plástica. En el hospital Rivadavia trabajé 7 años y 15 en el Fernández, hasta hace unos pocos años. Siempre me gustó la actividad hospitalaria, independientemente de tener un consultorio privado.

AAD: En su casa hay obras de Carnacini, D’Arienzo y una enorme cantidad de arte actual, desde Marcelo Pombo hasta las fotos de Santiago Porter. ¿Cómo fue el cambio tan grande en las elecciones de su colección?
E.T: Fue aproximadamente hace 7 años que empecé a interesarme en el arte contemporáneo. Pasé de Repetto a los años ‘80 y después a lo más actual. Primero con Gachi Hasper y después Siquier, Macchi, y así seguí.

AAD: Es casi un cambio de rumbo completo, un giro muy fuerte.
E.T: Sí. Hacia fines de los ’80 me encontraba con Ruth Benzacar a comer en la casa de Erica Roberts. En ese momento no le compraba porque ella podía ver todo lo que se venía y a mí en ese entonces eso me parecía muy raro. Ella siempre me decía que hay que comprar lo contemporáneo. Fíjese que por no escucharla me perdí varias cosas. Lo que ella defendía hace fines de los ‘80 era lo que hoy está trascendiendo en todo el mundo, pero bueno, en ese momento yo no me daba cuenta, no me gustaba la estética de los años ‘90. Ruth era una adelantada. Otra persona que me ayudó fue Mercedes Casanegra. Hicimos un curso cuando abrió la galería Principium. Eramos un grupo, junto con Alexandra de Royere, María Mancini, y cambiamos todos. Al principio Mercedes hablaba de Omar Schiliro, Feliciano Centurión y nosotros nos mirábamos como horrorizados, y de repente yo empecé a entender todo.

AAD: ¿Y comenzó a contactarse con los artistas de los años ’90?
E.T: Sí, me hice muy amigo de Ernesto Ballesteros, Pablo Siquier y Gachi Hasper, y fui cambiando más porque evidentemente yo estaba cambiando. Por algo me acerqué a ellos. Ese viraje se estaba produciendo en mí, y lo acepté como un proceso natural en la vida. Uno se va juntando con la gente que en cada momento acompaña las etapas de su vida.

AAD: Hasta llegar a las nuevas generaciones.
E.T: Efectivamente.

AAD: ¿Me puede mencionar un par de artistas que hoy estén entre sus inquietudes o que lo sorprendan?
E.T: De lo que hay ahora, los artistas que más me interesan son Leopoldo Estol y Diego Bianchi.

AAD: Para mucha gente las instalaciones de Estol son difíciles de entender.
E.T: A mí me parece muy estético, compré la serie completa de las fotos de su instalación “Parque”, y además él es muy inteligente. Es un niño genio, entiendo lo que hace y me gusta. En cada rincón de sus instalaciones hay belleza.

AAD: ¿Qué busca en el arte?
E.T: La estética.

AAD: Tiene que ver con su profesión.
E.T: Totalmente. Me interesa la belleza, y mi concepto de belleza fue cambiando.

AAD: ¿Dónde adquiere su obra?
E.T: Dónde encuentro lo que me gusta. Hago canjes o compro en muchas cuotas. Este Pombo que tengo acá lo compré hace 2 años y todavía lo estoy pagando. Yo soy un profesional, no tengo dinero. No me tomo vacaciones, por ejemplo, prefiero quedarme acá y comprarme un cuadro. Tampoco tengo auto. Es una elección. Al principio, hace 30 años compraba en San Telmo, por todas partes, además los precios eran bajísimos.

AAD: ¿Usted tiene un asesor cuando quiere adquirir una obra de arte?
E.T: No. Tengo amigos, como Alberto Sendrós, Orly Benzacar y Marina Pellegrini, con los que converso. También está Sara García Uriburu a quien adoro, es una persona buenísima. Considero que son gente que tiene buen ojo. Pero asesores no, para nada. Compro lo que me gusta. En ocasiones conozco al artista, me resulta simpático y lo ayudo. A Marina Pellegrini la conozco desde hace muchos años y de alguna manera nos hemos formado juntos en el arte, ella también hizo un cambio. Otra persona que siempre me ayuda es Ana Gallardo. Es muy honesta y al ser artista tiene un ángulo diferente y desinteresado. Ella siempre dice que hay artistas a los que les cree y a otros no, y me da una mirada distinta.

AAD: ¿Va a las Bienales y Ferias de Arte?
E.T: Fui a la Bienal de San Pablo el año pasado. En la Bienal de Venecia este año no estuve porque me resultaba carísimo, lamentablemente no puedo. Igual me entero de todo, pero hay cosas que no puedo hacer.

AAD: ¿Sigue un criterio en la elección de una obra?
E.T: Siempre trato de comprar lo mejor de cada artista, lo que más lo representa.

AAD: ¿Hay algún artista que le interese especialmente?
E.T: Sí, Ernesto Ballesteros. Me parece un artista exquisito, y creo que va a hacer un gran despegue.

AAD: ¿Qué es el arte para usted?
E.T: Es todo, es un modo de vivir. Si entro a una casa y no hay arte, ya sean cuadros o libros, para mí es una casa vacía.

POR LAURA BATKIS